Desde sus orígenes, la presentación escénica de la escultura procesional requiere el complemento indispensable de una serie de preseas textiles y metálicas que complementan las labores de talla y policromía. El impacto visual y la riqueza artística y material de tales aditamentos suele sorprender a numerosas personas, a quienes resultan completamente desconocidos sus sutiles valores iconográficos. Lejos de pretender una representación 'historicista', 'arqueológica' o minimalista de las escenas de la Pasión y de sus protagonistas, tales atributos persiguen un refinado simbolismo donde lo teológico y lo popular hacen causa común para mayor exaltación del mensaje.

Se dice que cada grupo de rayos representa una de las tres potencias divinas: A Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo.

 

Estas potencias son las de Ntr. Padre Jesús Nazareno, de oro y con las inscripciones de JHS (una letra en cada potencia) 


La túnica de Ntr. Padre Jesús Nazareno es de una sola pieza de color purpura y bordada en oro, dice la Escritura que sin costura, indicando la perfección con la que estaba elaborada, y que representa la contundencia y maravilla de la mente del Señor.


La cruz de Cristo es eterna, porque es la forma de vida que estuvo eternamente ligada al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.